Me cansé de ser su amante y quise ser libre
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Cómo quieres para encarnar esos valores. Recuérdate a ti mismo: no mereces la vergüenza No importa lo que te esté diciendo tu voz de vergüenza, no mereces sentir vergüenza. Algunos recordatorios: No eres un chicle masticado, un trozo de cinta adhesiva o una piruleta lamida. No estas solo en tus deseos El deseo no es inmoral Tu cuerpo esta hecho para su consensual, disfrute encantador y exploratorio Tu cuerpo no es demasiado grande, demasiado pequeño, demasiado desigual, demasiado flexible, demasiado curvo, demasiado cualquier cosa Lo diré de nuevo: no te mereces la vergüenza. En resumen, tienes esto.
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